viernes, 11 de marzo de 2016

Caminasol Dezco, Jefe de los Cazadores del Alba

Dezco, cabecilla de la tribu Cazador del Alba, es uno de los más destacados Caminasol, tauren que veneran a An'she, el sol, y que extraen su poder de su luz.

Tras el Cataclismo, Dezco, su esposa embarazada Leza y otros miembros de su tribu tuvieron una visión de una tierra de paz, dorada y frondosa, oculta en aguas inexploradas. La tribu Cazador del Alba sufrió tragedias tremendas en su búsqueda de ese valle. Hubo barcos que se perdieron en la mar, miembros de la tribu que sucumbieron a ataques de los mogu, y la mujer de Dezco murió al dar a luz a gemelos; aunque, con la ayuda de un campeón de la Horda, los gemelos sobrevivieron a su peligrosa estancia en la Espesura Krasarang. Caminasol Dezco siguió adelante, dirigiendo a su tribu hasta las puertas del Valle de la Flor Eterna, el lugar que algunos habían visto en sus visiones. Tras convencer a los Augustos Celestiales de que permitieran a unos forasteros acceder a ese lugar sagrado —con la ayuda de Anduin Wrynn—, la tribu Cazador del Alba se estableció en el Santuario de las Dos Lunas y se comprometió a defender el Valle contra los mogu.

Algún tiempo después, el Celestial de la Esperanza, Chi-Ji la Grulla Roja, informó a Caminasol Dezco de que uno de sus hijos estaba destinado a unirse a los protectores del Valle, el Loto Dorado. Aturdido por la noticia y sin intención de permitir que ninguno de sus hijos creciera apartado de su herencia tauren, Dezco decidió regresar a Mulgore. En su viaje por el Valle, Dezco y un grupo de refugiados fueron víctimas de un asalto mogu y, pese a los esfuerzos de Dezco por mantener con vida a sus hijos, cuando la pelea hubo terminado uno de los niños había perecido, y el otro se estaba muriendo por los venenos mogu. Un miembro del Loto Dorado, Mokimo, invocó el poder sanador de las aguas del Valle para salvar al tauren agonizante. Dezco concluyó que un lugar tan maravilloso necesitaba y merecía toda la protección que le pudiera proporcionar, y accedió a que el hijo que le quedaba creciera bajo la tutela del Loto Dorado y se convirtiera en un vigilante de la tierra.

Caminasol Dezco sigue defendiendo el Valle y, de hecho, toda Pandaria de quienes desean dañarla.

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