Orígenes.
Sargeras, antes de caer.
Sargeras no siempre fue el demonio que conocemos. Fue un titán del Panteón junto con Norgannon, Khaz’goroth, Eonar, Golganneth, Aggramar y Aman’thul, pero no fue solo uno más, fue el Campeón del Panteón, maestro de Aggramar y poseía el título de “el Defensor“; y luchaba junto a ellos por preservar el orden de las creaciones de los titanes. Sin embargo, a medida que combatía más y más, se fue dando cuenta de la futilidad de sus actos. Luchó contra interminables hordas de demonios y los astutos Nathrezim, pero todo por lo que combatía terminaba sumiéndose en el caos y destruyéndose. Con el paso del tiempo, la destrucción provocada por los demonios y la imposibilidad para mantener el orden en el caos fue afligiéndole, hasta el punto de perder la fe en su tarea. En su desesperación, los otros titanes intentaron hacerle ver que no tenía que perder la esperanza en el orden absoluto, tratando de calmarlo y consolarlo, pero Sargeras sentenció que todo por lo que luchaban no era sino un imposible. Así, pues, Sargeras abandonó el Panteón para buscar su lugar en el universo. El abandono de Sargeras supuso un duro golpe para el Panteón, quienes nunca se imaginaron en lo que se llegaría a convertir.
Cuando su depresión alcanzó el punto límite, Sargeras supuso que las creaciones de los titanes eran imperfectas y era culpa suya que estas acabaran destruidas o corrompidas. Para él, la única forma de enmendar el error que cometieron los titanes, era destruir toda creación titánica por lo que decidió reunir fuerzas y formar un ejército para llevar a cabo su nueva misión, esta misión se conocería como la Cruzada Ardiente (Burning Crusade). Sargeras consiguió rápidamente un gran número de tropas demoníacas, pero ninguna de ella poseía la astucia y poder necesarios para ser comandantes de su Legión, así que buscó por el Vacío Abisal efectivos que le sirvieran.
Fue en el planeta Argus donde encontró lo que deseaba: los Eredar. Los Eredar eran una raza de inteligencia superior con una habilidad natural para la magia en todas sus formas. Sargeras se apareció ante los tres líderes de esta raza, Archimonde, Kil’jaeden y Velen, ofreciéndoles a los tres poder inimaginable a cambio de su servidumbre. De los tres, solo Archimonde y Kil’jaeden aceptaron la oferta, mientras que Velen la rechazó y huyó gracias a la ayuda de los Naaru. Sargeras otorgó al resto de Eredar el don del poder oscuro y demoníaco, convirtiéndose en Eredar Man’ari, mientras que los Eredar que siguieron a Velen, influenciados por la presencia divina de los Naaru, se convirtieron en Draenei.
El Profeta Velen de Argus.
Para probar la valía de sus recién reclutados tenientes, encomendó a Kil’jaeden la tarea de reclutar nuevos efectivos para la Legión, mientras que a Archimonde se le encargó la supervisión y liderazgo de las tropas de Sargeras contra todo aquel que osara contradecir su voluntad.
2. Actividad de la Legión.
2.1. La Guerra de los Ancestros.
La primera invasión de la Legión a Azeroth dio lugar a la Guerra de los Ancestros y a los acontecimientos del Pozo de la Eternidad. Sargeras sedució a Azshara y su corte con delirios de poder y grandeza, tanto fue así que Azshara incluso pensó que Sargeras se casaría con ella. Así, Azshara dio vía libre para que la Legión invadiera Azeroth. Archimonde y el señor del foso Mannoroth arrasaron gran parte de Kalimdor (la Pangea en la época), pero fueron derrotados por las fuerzas de Azeroth, siendo esta su primera derrota. Fue también en este momento cuando Broxigar, junto a Rhonin y Krasus, conducido a esta línea temporal desde el futuro, pudo herir a Sargeras en la pierna con el Hacha de Cenarius antes de que el titán oscuro consiguiera matarle. Esta guerra tuvo como consecuencia la implosión del Pozo de la Eternidad, originando lo que hoy conocemos como la Vorágine y Azeroth con sus continentes separados. Pero esto no fue todo.
El Pozo de la Eternidad durante la Guerra de los Ancestros.
2.2. Los Orcos de Draenor.
Como dijimos, Kil’jaeden tenía la misión de engrosar las líneas de la Legión, y poco después de la fallida invasión, le llegó el turno a Kil’jaeden. Talgath, quien antaño fue amigo de Velen, ahora agente de Kil’jaeden, encontró restos de magia Draenei en Draenor, que significaba “Refugio de los exiliados” en Eredun (el idioma Eredar). Asimismo, descubrió una raza que se ajustaba a lo que buscaba: los orcos. Kil’jaeden no lo dudó, y se fue directo a manipular a su líder, Ner’zhul.
Ner’zhul, Jefe de Guerra de Draenor.
Disfrazado de la difunta esposa de Ner’zhul, Kil’jaeden consiguió convencerle de que los Draenei que se habían asentado en Nagrand estaban maquinando contra los orcos. Sin embargo, cuando Ner’zhul fue a Oshu’gun, descubrió que Kil’jaeden le estaba manipulando, rebelándose. Esta acción provocó que Kil’jaeden le despojara de su poder para dárselo a Gul’dan, su más prometedor aprendiz. Kil’jaeden, además, le introdujo las artes de la brujería.
Gul’dan era el peón perfecto. Su inmensa ambición y ansia de poder no defraudaron al teniente de la Legión, quien les ofreció la sangre de Mannoroth, tanto como recompensa como para vengarse de los orcos por la rebeldía de Ner’zhul. La sangre del señor del foso enloqueció y envileció a los orcos. Kil’jaeden, pues, los envió entonces a luchar contra los Draenei en Shattrath, donde tuvo lugar una sangrienta batalla. Aparentemente, los orcos habían ganado la guerra en Shattrath, pero aún había muchos más asentamientos Draenei repartidos por todo Draenor.
2.3. Aegwynn y Medivh.
(Estos acontecimientos ocurren pasado un lapso de 9000 años tras la Guerra de los Ancestros)
Magna Aegwynn.
Aegwynn era una maga perteneciente al Consejo de Tirisfal, un grupo secreto de magos cuya función era proteger el mundo de los demonios. Debido al increíble poder de la hechicera, Sargeras consideró que suponía una gran amenaza y que podría entorpecer sus futuros planes, así que envió un escuadrón de demonios a matar dragones para llamar la atención de Aegwynn. Como Sargeras había planeado, Aegwynn apareció para darles frente. Cuando terminó con los demonios, el cielo se hendió, dejando paso a un avatar del mismísimo Sargeras. No se sabe cómo, pero Aegwynn consiguió vencer a la forma física del avatar del titán oscuro, y la enterró en una isla a la que se llamó Tumba de Sargeras. No obstante, los planes de Sargeras seguían sobre ruedas, y su espíritu poseyó a la debilitada Aegwynn sin que ella lo supiera. Cuando dio a luz a Medivh, el espíritu de Sargeras se fue con él.
Medivh.
Cuando Medivh alcanzó la edad de 14 años despertaron sus poderes de Guardián, poderes que le llevaron a permanecer en coma 20 años. En este tiempo, el espíritu de Sargeras aprovechó para tomar control sobre él. Cuando finalmente despertó, el poseído Medivh contactó con Gul’dan, informándole de que abriría un portal para que su Horda de Orcos accediera a Azeroth y la invadiera, entablando a su paso guerra con los humanos.
Las primeras filas orcas en salir del Portal Oscuro fueron exterminadas por los humanos. Gul’dan, entonces, supervisado por Kil’jaeden, movió los hilos para que Manonegra el Destructor ascendiera al puesto de Jefe de Guerra. Manonegra unió a los clanes orcos y los preparó para asaltar Azeroth de nuevo. Este suceso se conoce como la Primera Guerra, y tuvo como consecuencias la destrucción del Reino de Ventormenta y el exilio de los Humanos del sur hacia Lordaeron.
Mientras tanto, Medivh poseído continuaba embelesando a Gul’dan con delirios de poder y grandeza, esta vez, con imágenes de la Tumba de Sargeras y el poder que allí se escondía. Todo esto, por supuesto, para que Sargeras recuperara su avatar físico en Azeroth. Finalmente, Gul’dan iría a la Tumba de Sargeras para intentar descubrir sus secretos, pero no consiguió llegar a la cámara final de la tumba con vida.
Todo el tiempo que pasó Medivh en coma siendo corrompido por Sargeras cambió inevitablemente su carácter, y su madre Aegwynn, se dio cuenta de lo que ocurría (una madre se da cuenta de todo). Así que Aegwynn informó a Lothar, general del Rey Llane Wrynn, de lo que estaba sucediendo. Lothar decidió que no quedaba otra que destruir a Medivh rápidamente, enviando una expedición con agentes del Consejo de Tirisfal para acabar con él en Karazhan. La rápida muerte de Medivh impidió a Sargeras otra vez llevar a cabo sus planes y recuperar su avatar. Después de este momento, Sargeras no ha vuelto a participar activamente en la historia, dejando que Azeroth se sumiera en el caos provocado por la Horda de Orcos de Draenor, aunque finalmente, fueron derrotados (pero no exterminados) durante la Segunda Guerra.
2.4. Ner’zhul, el Rey Exánime.
Ner’zhul, el Rey Exánime.
Kil’jaeden, enfurecido tras conocer la derrota de los Orcos en la Segunda Guerra, decidió que fue hora de tomar otra vez cartas en el asunto. Reflexionó sobre los motivos que llevó a la Horda Orca a la derrota, y llegó a la conclusión de que la debilidad tenía su origen en que los orcos poseían libre albedrío. Para combatir el libre albedrío, lo que necesitaba era entonces un ejército esclavizado de no-muertos (inspirado por los experimentos nigrománticos de los Nathrezim) que actuara por voluntad de uno solo. Ese uno resultó ser Ner’zhul, a quien ya había castigado mucho tiempo atrás por su desobediencia. Esta vez, Ner’zhul fue el sujeto perfecto, ya que había conocido la cólera de la Legión de primera mano y sabía de lo que era capaz, por lo que si Kil’jaeden le obligaba, se lo pensaría dos veces a la hora de volver a rebelarse.
Para ello, buscó a Ner’zhul y lo torturó hasta que no quedó más que su espíritu y le propuso una oferta: permanecer en eterna agonía o liderar un ejército de no-muertos. Como era de esperar, el espíritu del antiguo chamán eligió la segunda opción, y se transformó en el Rey Exánime, pero no sin condiciones. Kil’jaeden no permitiría que volviera a ocurrir que Ner’zhul le traicionase, y no le otorgó un cuerpo con el que pudiera moverse; en cambio, lo encerró dentro de una armadura encantada, y para asegurarse nuevamente de que Ner’zhul no tenía posibilidad ninguna de rebelarse contra el yugo del teniente de la Legión, también lo encerró en una tumba de hielo a la cual encomendó custodiar a los Nathrezim. Aun aprisionado por mil cadenas, Ner’zhul podía ejercer la voluntad de su señor mentalmente. Tal es así, que sin levantarse de su trono, su gran ejército de no-muertos (conocido como la Plaga por sus dimensiones) destrozó gran parte de Lordaeron y Quel’Thalas hasta llegar a la isla de Quel’Danas. Cuando apareció Archimonde con las fuerzas de la Legión, no tuvo gran problema arrasando los restos que quedaban. Tal es así, que hasta destruyó él solo la ciudad de Dalaran (aún situada en Lordaeron).
Pero Ner’zhul no era un cualquiera, y aprovechó la única oportunidad que tuvo para revelarle a Illidan por medio de Arthas la existencia de la Calavera de Gul’dan y le facilitó información sobre los puntos débiles de Tichondrius, un general y estratega de la Legión Ardiente. Sin la ayuda de Tichondrius, Archimonde se vio solo liderando las fuerzas de la Legión en la Batalla del Monte Hyjal, terminando derrotadas gracias a las originarias maquinaciones de Ner’zhul. La Legión iba perdiendo fuerza.
La caída de Archimonde en Nordrassil, Monte Hyjal.
2.5. Illidan Tempestira y la purificación de la Fuente del Sol.
Más enfurecido que nunca, tras ver que su hermano Archimonde había muerto y Ner’zhul había conseguido escapar de su control, Kil’jaeden no tuvo más remedio que encontrar otro peón para su tablero. Esta vez, le tocó a Illidan, a quien ofreció grandes poderes si conseguía deshacerse del Rey Exánime. Para ello, Kil’jaeden le entregó su orbe para ayudarle en la misión.
Illidan necesitó ganarse la confianza de los Naga, para poder huir de Kalimdor y que le ayudaran a buscar el Ojo de Sargeras. Desafortunadamente para él, el ritual que intentó llevar a cabo en el para destruir el Trono Helado fue interrumpido por su hermano Malfurion, quien temía que Azeroth se partiera en dos si se desataban las energías que guardaba el Ojo. En vez de continuar con el ritual a toda costa, fue a ayudar a su hermano a rescatar a Tyrande, quien había sido capturada por la Plaga. Como Illidan había fallado en su misión, huyó rápidamente a Terrallende a través del Portal Oscuro, donde tuvo una vez más que entablar amistad con los peregrinos Elfos de Sangre de Terrallende que buscaban la tierra prometida por Kael’Thas.
Para tener a Kil’jaeden ocupado mientras tanto y poder así ganar tiempo, Illidan destruyó los portales por los cuales Magtheridon recibía refuerzos, para acto seguido acabar con él con la ayuda de sus viejos y nuevos aliados. A diferencia de lo que se pensaba, Magtheridon no estaba muerto, sino que fue encarcelado en las profundidades de la Ciudadela del Fuego Infernal, proporcionando sangre con la que infundir al resto de la Horda vil con poderes demoníacos.
Illidan con sus nuevos y viejos aliados, Kael’Thas y Lady Vashj.
Kael’Thas terminaría traicionando a Illidan por impaciencia. Por si fuera poco, la sed de maná le llevó a algo más oscuro que aliarse con Illidan, y fue aliarse con la Legión. Como nuevo comandante de la Legión, toma el Castillo de la Tempestad, amenazando a los Draenei por poseer el complejo de naves interdiomensionales Naaru y las fábricas de maná de Tormenta Abisal. Fue entonces cuando el Profeta Velen, ayudado por Nobundo, reunió lo que quedaba de su gente y lideró un asalto para capturar El Exodar, una de las naves satélite del Castillo de la Tempestad para buscar un nuevo refugio en otro lugar, que resultó ser Azeroth. Kael’Thas fue derrotado en el Ojo, otro de los satélites del Castillo de la Tempestad, pero no fue lo suficientemente debilitado como para morir, probablemente debido a la gran cantidad de magia que absorbió antes de caer.
Kil’jaeden, que tampoco era un cualquiera, seguía teniendo un ojo puesto en Illidan, y sabiendo lo que había hecho, le instó a volver a Rasganorte a acabar con Ner’zhul, esta vez bajo la amenaza de que sufriría su ira eterna. Illidan no obedeció, y Kil’jaeden lo único que hizo fue enviar al atracador vil llamado Caminante del Destino para asediar la fortaleza de Illidan en Valle Sombraluna: el Templo de Karabor, conocido también como el Templo Oscuro. Illidan fue derrotado por las fuerzas de la Horda y la Alianza, ayudados por Akama y Maiev Cantosombrío en el Templo Oscuro. En la actualidad, se desconoce qué ha sido del cuerpo de Illidan.
No mucho más adelante, Kil’jaeden volvió a hacer de las suyas con el convaleciente Kael’Thas, quien intentó replicar los eventos del Pozo de la Eternidad en la Fuente del Sol sobrecargándola con el maná drenado de Tormenta Abisal, así como utilizando la magia contenida en Anveena (una imagen personificada de la Fuente del Sol, que no es sino un mero contenedor de energía de la misma). Sin embargo, el ritual fue interrumpido, y Kil’jaeden desterrado de la Fuente del Sol, pero no sin dejar en el aire unas palabras que darán que pensar (y mucho) sobre el futuro de la Legión:
“The expendible have perished… So be it! Now I shall succeed where Sargeras could not! I will bleed this wretched world and secure my place as the true master of the Burning Legion. The end has come! Let the unraveling of this world commence!”
Traducido (mil gracias a Proenix y Ryû por facilitarnos la cita en español):
“Los prescindibles han muerto… ¡Que así sea! ¡Ahora triunfaré donde Sargeras no lo logró! Desangraré este miserable mundo y me aseguraré mi puesto como verdadero maestro de la Legión Ardiente. ¡El final ha llegado! ¡Dejad que se desvele el misterio de este mundo!”
¿Por qué es importante este texto? Por las siguientes razones:
Indica que la Legión está muy debilitada.Expresa que existen confrontaciones internas.Da a suponer que Kil’jaeden es superior a Sargeras.Apunta a que en este mundo hay un misterio escondido.
Tras acabar con Kil’jaeden, el Profeta Velen apareció con Lady Liadrin y vertió la esencia de M’uru y lo que quedaba de Anveena para purificar la Fuente del Sol.
Kil’jaeden, siendo invocado por Kael’Thas en la Fuente del Sol.
Tras esta última aparición de Kil’jaeden en la Fuente del Sol, no hemos vuelto a saber de él. Los siguientes movimientos de la legión han sido por parte de los Nathrezim exclusivamente, pero sus planes nos los guardamos para otro artículo, pues son retorcidos, complicados y muy crípticos.
3. Miembros de la Legión.
Marcha de la Legión Ardiente en Valle Sombraluna.
La Legión Ardiente está formada por numerosos efectivos de muchas razas, como podemos ver en la imagen. De izquierda a derecha, empezando por el Manáfago, Guardia Vil, Infernal, Guardia Apocalíptico, Atracador Vil, Shivarra, Guardia de Cólera, Señor del Foso, Señor de la Fatalidad (Kazzak en este caso), y Eredar.
Aparte de las que hemos enumerado, existen también Abisales (otro tipo de Infernales), Guardias del Terror (otro tipo de Guardias Apocalípticos). En la imagen también faltan los Sayaad (Íncubos y Súcubos), Diablillos, Observadores, Canes del Vacío, Mo’arg y Señores del Terror (Nathrezim). Es posible que echéis de menos a los Abisarios (merecen artículo aparte), aunque no hay evidencia que que nos diga que pertenezcan a la Legión; y si así fuera, ocurrirían cosas interesantes, al estar relacionados con el ciclo negativo de los Naaru.
Como curiosidad, en El Exodar existe una zona museo dedicada a los miembros de la Legión. En ella, aparecen hologramas de las distintas razas, y a continuación expondremos brevemente las características de cada una de ellas, tal y como se hace en esa zona. Como además no se sabe mucho de las razas demoníacas (con excepción de los Nathrezim y los Eredar, que merecen un post para ellos solos), lo mejor será hacer una lista como hacen en el museo.
Otros:
Manáfago: son demonios con forma de perro. Estos seres de piel roja son ciegos y se orientan rastreando la magia de la zona. Se reproducen por mitosis tras absorber la suficiente cantidad de energía mágica. Suelen ser compañeros de caza de los Señores del Foso. El Maestro de Canes Hakkar es el señor de los manáfagos y es capaz de invocarlos del vacío utilizando su látigo.Observador: son seres redondos flotantes con múltiples ojos y tentáculos. Se conoce poco sobre ellos, salvo que son muy inteligentes y se sienten atraídos por la magia como los manáfagos. Algunos de ellos forman parte de la Legión.Can del Vacío: son demonios similares a Canes del Núcleo, pero como los Observadores, también poseen múltiples ojos. De ellos se dice que poseen gran cantidad de energía demoníaca. Uno de los más notables fue Immol’thar, invocado en La Masacre.Diablillo: son pequeños y astutos duendes demoníacos que, aunque por sí solos son poca cosa, en grandes cantidades pueden resultar serias amenazas si se ponen a lanzar a la vez bolas de fuego.Abisarios: seres etéreos de vacío y sombra. Serán tratados en otro artículo.
Raza Mo’arg:
Mo’arg: demonios altos de complexión musculosa. A pesar de su cuerpo estereotípicamente ideal para el combate cuerpo a cuerpo, son muy inteligentes y prefieren dedicarse a la ingeniería y tecnología. Se autoconstruyen piezas biónicas para su cuerpo. Su sangre es de un color verde enfermizo.Guardia Vil: son demonios pertenecientes a la raza Mo’arg. Son altos y musculosos cuyo color de piel varía entre azul, amarillo, naranja, rojo y sus matices oscuros. Dada su talla, suelen ser la infantería preferida de la Legión. Utilizan grandes armas de formas retorcidas y exóticas.Gan’arg: unidad inferior de los Mo’arg.
Constructos bélicos Mo’arg:
Infernal: se trata de construcciones mágicas de fuego vil y roca hechas por los Mo’arg y utilizadas por los Nathrezim.Abisal: son iguales que los Infernales, solo que están hechos de roca más afilada y su fuego es rojo. En el caso de Supremus en el Templo Oscuro, su fuego es azul.Atracador Vil: son enormes construcciones mecánicas de los Mo’arg. Su núcleo de poder es un corazón de fuego vil. Suelen ser utilizados para patrullar grandes zonas dado su tamaño y velocidad.Cañón de la Legión: son cañones inteligentes construidos por los Mo’arg que disparan bolas de fuego vil y roca a sus enemigos. Los hay también en versión cañón antiaéreo.Portal de masas: se trata de portales de gran potencia capaces de teletransportar ejércitos rápidamente y a gran escala. Los suele haber en abundancia en sus campamentos.
Raza Ered’ruin:
Guardia Apocalíptico: estos demonios eran antes sabuesos de los Titanes cuya misión era castigar el uso de magia, hasta que Sargeras les dio libertad. Suelen ser soldados de choque.Señor de la Fatalidad: versión superior del anterior. Algunos de los tenientes más importantes de la legión, como Kazzak, eran de esta especie.Guardia Terrorífico: variedad de Guardia apocalíptico de color más verdoso que se caracteriza por tener fauces demoníacas en el torso.
Raza Shivarra:
Shivarra: son grandes diablesas de 6 brazos muy hábiles con las espadas. Son las sacerdotisas de la Legión y son muy carismáticas, por lo que se les suelen otorgar misiones de control sobre grupos de tropas. Comparten gran similitud con los Sayaad, pero se les cataloga dentro de la raza Shivarra. Al igual que los Sayaad, se desconoce si poseen contraparte masculina.
Raza Sayaad:
Súcubo: son diablesas de tamaño convencional y de gran belleza. Son muy inteligentes y su tarea dentro de la Legión es el espionaje y la tortura, por medio de seducción y tentación. Su contraparte masculina son los Íncubos, pero de momento son totalmente desconocidos para nosotros.Íncubo: al igual que los Súcubos, los Íncubos son demonios de gran belleza con la misma tarea que ellas. Sin embargo, por alguna razón no se han visto aún.
Raza Annihilan:
Señor del Foso: estos enormes demonios cuadrúpedos con alas (aunque es poco probable que vuelen, dado su grandísimo tamaño) son auténticas máquinas de destrucción. Son lo más arqueotípicamente demoníaco de la Legión, y los lleva la furia y el derramamiento de sangre. Muchos miembros notables de la Legión eran Señores del Foso, como Mannoroth o Magtheridon.
Raza Man’ari (Eredar corrupto):
Eredar Man’ari: se trata de Eredar corruptos por energía demoníaca. Cuando Sargeras fue a Argus buscando efectivos, los que aceptaron recibieron poder vil, adoptando rasgos más demoníacos que los Eredar convencionales. Al provenir de la raza Eredar, siguen siendo grandes intelectuales y conocedores de magia de todo tipo, pero más poderosos. Como tal, se les encarga tareas como supervisores, sobrestantes y estrategas de la Legión.Guardia de Cólera: son antiguos Eredar altamente corruptos por energía demoníaca. Tanto es así, que ya no queda un atisbo de parecido con los Eredar. Suelen ser guerreros de honor de la Legión y protegen con celo a sus superiores. En el combate, llevan doble empuñadura que manejan con gran pericia.
Raza Nathrezim:
Señor del Terror: se trata de oscuros y astutos demonios de gran inteligencia. Forman el servicio secreto de inteligencia de la Legión y, al igual que Kil’jaeden, muchos de ellos han tenido su papel en la historia. Serán tratados en otro artículo, dado que hay muchos y son muy influyentes.
Varimathras, un Nathrezim.