Hay clanes salvajes. Clanes misteriosos. Clanes belicistas. Pero existe otro clan, un clan al que pocos viejos orcos les gusta recordar o incluso mencionar, los Mascahuesos.
Aunque su legado y leyenda son bien breves, las brutales historias que los implican se cuentan por decenas. Antiguos habitantes de Tanaan, los Mascahuesos fueron una de las víctimas más fáciles de Gul'dan.
Abrazaron sin dudar la nueva era de la raza orca y ahora son su máxima expresión, y lo peor de todo, es que han podido aplacar su desmedida rabia demoníaca y aún pueden actuar con uso de razón.
Eres lo que comes. Cuanto más fuerte sea lo que comes, más fuerte serás. Esta lógica aplastante para nada venida de un ogro es una de las máximas el clan orco. Un clan que lleva ese principio a sus límites.
En los rincones más oscuros de Talador ningún orco o draenei deseaba perderse, pues corría el peligro de ser capturado por los salvajes del bosque y ser llevado hasta sus refugios ocultos, normalmente en la montaña.
Allí, en la oscuridad de la cueva, su víctima era desollada, despiezada, desangrada y emplatada. Se convertía en el menú del día.
Y si había escasez de insensatos, los Mascahuesos tenían una solución: Comerse entre ellos. Los más viejos, débiles o enfermos eran los primeros en caer siempre. Eran una carga y además, comida fácil.
La jerarquía y herencia del clan funcionaba de forma similar. Los guerreros se comerán el corazón y los sabios los sesos. El sucesor deberá comer los restos de su antecesor, ojos, lengua y órganos más importantes. Heredará su poder, su fuerza y sus habilidades. Incluso creían que su espíritu ahora viviría en ellos, acompañado de todos aquellos que hubiesen devorado y sido devorados en esa línea gastronómica.
Los tiempos no han cambiado demasiado para ellos, aunque ahora ya no comen orcos de otros clanes, no si implica represalias sobre ellos. Su plato favorito son los demonios y devoran su carne y beben su sangre con desenfreno. Son Sangrevil de pies a la cabeza, pero pocos han dado el último paso en la corrupción. Ser demonios.
Rabioso: Los guerreros más salvajes del clan. La mayoría se cuentan entre los que eran demasiado débiles o han sido rescatados de otros clanes consumidos por la sangre de demonio. Están sumidos en un estado de frenesí permanente, son violentos e impredecibles.
Devorador: Así se les llama a los orcos que cazan y devoran demonios libremente, soportando los efectos más adversos de su corrupción. Son los guerreros más respetados de clan y también los más peligrosos, debido a sus poderosas mutaciones y capacidad innata para despertar la irrefrenable rabia, que solamente se detendrá hasta que él o sus enemigos estén muertos.
Desangrador: Los siniestros y sádicos místicos del clan. Hay quien los tacharía también de cocineros, con cierto tono morboso. Han dominado las artes oscuras y no se separan de su dosis diaria de sangre, cuidadosamente cosechada de sus "mascotas" demoníacas.
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