lunes, 28 de diciembre de 2015

Reinos Humanos: Storm

No hay pueblo más orgulloso de su pasado que los arathi de Stromgarde. Descienden de los pueblos que alzaron la primera ciudad de los hombres, Strom, y establecieron los cimientos de un Imperio del que todos los reinos humanos emanan, el Imperio de Arathor. Devotos al recuerdo de los Thoradin, primera dinastía de Arathor, los arathi tienen una especial desaprensión tanto hacia Ventormenta como Lordaeron. Considera a ambos reinos culpables de la caída del Imperio y también los tacha de pretender apropiarse en varias ocasiones del liderazgo de la humanidad, lo cual es cierto.
Es conocida como una nación de guerreros, aunque algo indisciplinados, hábiles en combate y bien capaces de hacer frente a un orco mano a mano. Sin duda son orgullosos y arrogantes, y aunque se han visto acorralados y al borde de la completa aniquilación en más de una ocasión... siguen igual de bravucones.

Situación actual

Arathor ha vivido tiempos mejores, pero esos fueron hace siglos. Atosigada por los trols, devorada por los ogros y conquistada por el Sindicato, la gente de Strom ha conseguida una y otra vez salir viva del atolladero. Y nunca sola, lo ha hecho con ayuda de la Alianza, especialmente de sus vecinos de Tierras del Interior, los enanos Martillo Salvaje y los altos elfos de Quel'danil.

La Liga de Arathor no solamente representa a los aguerridos hombretones de Strom, también a sus aliados más cercanos, enanos y elfos. A pesar de ser tachado por el resto de reinos humanos como arrogantes y cerriles, los arathi tienen una relación de confianza con los salvajes jinetes de grifo y los hábiles forestales. Relación que ha ido creciendo con los últimos años más y más. La población actual de no humanos en Stromgarde es considerable, y no lo es para mal. Tienen los mismos derechos y deberes que un arathi.

Su relación con los Renegados es hostil y conflictiva, debido sin duda alguna al intento de estos por conquistar el reino, intento que acabó en fracaso y desembocó en represalias nocivas para las tierras fronterizas, contaminadas por una cepa de añublo.
Lo más duro para Strom fue la razón de la guerra. Un difunto Galen, señor de Stromgarde, volvió de la muerte con ayuda de su magia oscura e intentó reclamar lo que era suyo, a cualquier precio. Pero para la gente de Arathi lo que está muerto, muerto se queda.

Tras un periodo de anarquía política, Danath Dungalion fue llamado como miembro de la casa Trol'kalar a gobernar Stromgarde, petición que no rechazó a pesar de su avanzada edad.
Desafortunadamente, para refundar la corona real de Arathor y restaurar el Trono de Strom era necesaria la aprobación de la Iglesia de la Sagrada Luz y la mayoría simple de reinos legítimos. La avanzada edad de Danath lo impedía, por lo que tuvo que proclamar un heredero que pudiese cargar su linaje. Christoff, su sobrino, ocupó el puesto.

Fuerzas de Stromgarde: Más parecida a una milicia que a un ejército regular, las fuerzas del reino son un montón de mineros y cazadores convertidos en soldado. Cuentan con un cuerpo especial dedicado a la caza de trols, ya milenario, que era ni más ni menos que la guardia personal y escolta del rey. Con el tiempo, se han convertido en una pandilla de bravucones desaliñados que matan cualquier cosa más salvaje que ellos.
Para complementar su ejército, Strom cuenta con jinetes de grifo y forestales originarios de las Tierras del Interior. Actualmente una buena representación de sus fuerzas habita permanentemente las tierras altas.

La Torre Ocre: El santuario arcano más antiguo construido por humanos. Nada sorprendente, siendo el reino más antiguo también. La Torre Ocre es un refugio humilde y austero en donde hoy día se refugian muchos magos veteranos que prefieren acabar sus días con tranquilidad. Su líder es Ulrik von Stromhearth, Archimago del Kirin Tor y miembro de la nobleza local.

Los Teúrgos: Conformada por una mayoría de enanos, este círculo chamánico honra los espíritus elementales de las Tierras Altas. Actualmente, ha llamado la atención de humanos, algo que no acaban de aprobar los representantes de la Iglesia (el Mandato está presente en Strom como condición del aval de Danath) y la propia Torre Ocre, cuyos magos ven primitivo adorar piedras. A pesar de ello, podríamos estar delante de los primeros elementalistas humanos, bendecidos por poderes que hace mucho tiempo su propio pueblo olvidó.

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