Nazgrim aparece por primera vez en Rasganorte, durante la Guerra contra el Rey Exánime. Fue destinado al Bastión de la Conquista donde ejercía de sargento a las órdenes de Krenna. Su labor, al contrario de su líder que buscaba a toda cosa el enfrentamiento contra la Alianza, se centró en estudiar las amenazas locales de la zona que podían desestabilizar el emplazamiento de la Horda, especialmente los distintos asentamientos vrykul. Cuando Krenna fue desposeída de su cargo a favor de su hermana Gorgonna, Nazgrim mantuvo su rango y continuó sirviendo a la causa de Garrosh.
En las profundidades
Tras la campaña contra Arthas, Nazgrim fue ascendido a legionario y enviado por el propio Garrosh junto a un grupo élite de marines Kor'kron con la misión de capturar una isla estratégica que serviría a la Horda como apoyo para un ataque a Ventormenta. Nazgrim estaba entusiasmado por mostrar al mundo el poder de la Horda y se mostraba convencido de la posibilidad de unir a todas las razas de Azeroth bajo su bandera.
Nazgrim se embarcó en una flota de veleros mercenarios que atravesó el Mare Magnum pero cuando estaban arribando a los Reinos del este, su nave fue atacada por los naga. A pesar de los esfuerzos de Nazgrim, el velero fue destruido por Ozumat. Nazgrim consiguió sobrevivir gracias a la ayuda deErunak Hablapiedra, y reunir a los supervivientes en Vashj'ir. Allí, se vio inmerso en una lucha contra los naga, siendo capturado y llevado a Nespirah, donde fue obligado a trabajar como esclavo. Gracias a Erunak y los aventureros de la Horda, Nazgrim fue rescatado y puesto a salvo junto al resto de supervivientes más en el Descanso de la Legión.
Visa la situación en la que se encontraban, los legionarios comenzaron a urdir un plan para escapar de las profundiades. Tras varios enfrentamientos con los naga, Nazgrim pudo hacerse con una bengala de rescate y señalar su posición al resto de barcos de la Horda. Nazgrim fue recolocado en el Recompensa Estigia, dispuesto a unirse de nuevo a la lucha tras la interrupción que había sufrido su misión. Por su parte, los goblin del Muelle Pantoquefletaron un submarino llamado Verne, donde Nazgrim viajó para señalarles el lugar donde fueron atacados por Ozumat con la intención de localizarlo.
Una vez en las profundidades, la tripulación del submarino descubrió que la situación en Vashj'ir era más crítica de lo que pensaba, hasta el punto de estar próximo de colapsar el reino submarino debido a la lucha entre los naga y los ignotos. Tras ser testigo de cómo el kraken capturaba a Neptulon y huía con él, los naga capturaron a Erunak. No dispuesto a abandonarlo, Nazgrim ideó un plan de de rescate, asaltando el Trono de las Mareas, y acabando con Lady Naz'jar.
Desembarco en Pandaria
El General Nazgrim a bordo del Puño de Grito Infernal.
Una vez más, Nazgrim fue recompensado por su labor con un nuevo ascenso, esta vez a General. Tras la escalada de hostilidades entre la Alianza y la Horda, Nazgrim fue el encargado de comunicar a Garrosh las victorias navales en Tol Barad y Tanaris, así como de la existencia de una extraña tierra envuelta en niebla en la que una nave de la Alianza había encallado. Furioso por la presencia de sus enemigos, Garrosh recriminó a Nazgrim que hubiera permitido desembarcar a los humanos primero y puso al servicio de Nazgrim un destacamento de efectivos (entre los que se incluían laMaestra tétrica Kiryn, Perno Rompemarchas, el Sargento Gorrok o Shokia). La consigna era desembarcar en el nuevo continente y acabar con cualquier miembro de la Alianza que se encontrara allí.
Cuando la Horda desembarcó en el Bosque de Jade, Nazgrim fue uno de los primeros que entraron en contacto con los pandarenque les profesaron un gélido recibimiento por haber traído la guerra a su patria. El objetivo de los orcos en la zona era localizar a Anduin Wrynn aunque tras ser capturado y puesto bajo la custodia de Nazgrim, pudo escapar.
Decidido a contar con apoyo local, Nazgrim reclutó para la Horda a los Hozen del bosquey los entrenó para superar su anarquía y enfrentarse a los Jinyu Aleta de Nácar delAlmirante Taylor. La batalla entre ambos ejércitos tuvo lugar en el Corazón del Dragón, un enfrentamiento que se saldó con la liberación del sha de la duda que diezmó a los contendientes, hiriendo a Nazgrim que tuvo que trasladarse a la Aldea Binan junto a los supervivientes de la Alianza.
Cuando se recuperó, se marchó hacia laCima Kun-Lai donde se estableció en elReposo Viento del Este donde, viendo que los hozen no eran los aliados más propicios, trató de convencer a los pandaren para que se unieran a la Horda.
La lealtad a la Horda tiene un precio
Una vez acabadas las primeras exploraciones, Nazgrim se praparó para la llegada del grueso de la Horda a Pandaria. Su desembarco tuvo lugar en el recién construido Punto de Dominio en las costas de la Espesura Krasarang, no sin pocos sobresaltos por parte de la Alianza que realizó varias incursiones por medio de la 7ª Legión que fueron repelidas gracias al Señor de la guerra Sangrastil.
Nazgrim sirvió como guía a los aventureros que se vieron implicados en el juego político que Garrosh llevó a cabo y que culminó con el enfrentamiento con Lor'themar Theronque le recriminó al Jefe de Guerra que en su campaña de búsqueda de poderosos y antiguos artefactos, estuviera utilizando a su gente como carne de cañón frente a la amenaza de los mogu. Cansado de ver cómo Garrosh menospreciaba a los elfos de sangre, decidió abandonar su posición mientras que Nazgrim recibió el encargo de adentrarse en Darnassus y robar laCampana Divina.
Tras reclutar a varios aventureros y con la ayuda de los portales mágicos de losAtracasol, la Horda consiguió el artefacto pero fueron descubiertos por Jaina que inició una purga en Dalaran como medida de represión. Nazgrim volvió a organizar la evacuación de los Atracasol junto aRommath que fue el encargado de llevarla a cabo.
Aunque Nazgrim no lo presenció, su lealtad sirvió para que Garrosh pudiera completar el ritual de invocación de los poderes de lossha que fueron transferidos a sus soldados en el Tramo del Emperador [1]. Aunque la campana fue destruida por Anduin, la Horda había llegado a un punto de no retorno en su campaña de dominio en Azeroth, en el que sus integrantes debían elegir si seguir a su Jefe de Guerra o unirse a la resistencia. Nazgrim decidió seguir a Garrosh.
Otros muchos decidieron rebelarse por lo que Garrosh colocó a Nazgrim al frente de la guardia Kor'kron que custodiaba el Bloqueo Dranosh'ar, donde daba instrucciones para fortalecer las defensas de la Bahía de Garrafilada contra un posible asalto de la fuerza naval de la Alianza.
Cuando el asedio de Orgrimmar llegó a su punto culmen, Nazgrim recibió a Thrall y aVarok a las puertas de la capital orca. Ambos pidieron audiencia con Garrosh con la esperanza de detener la guerra pero fueron detenidos por los Kor'kron. Nazgrim ordenó a sus hombres abrir la formación y permitió a la pareja entrar en la ciudad pero advirtiéndoles que no les podía asegurar que Garrosh quisiera escuchar lo que tenían que decirle.
Nazgrim quedó al cargo de la defensa del Valle de la Fuerza donde se enfrentó a Vol'jiny Baine advirtiéndoles de que cesaran la rebelión. Ante su negativa, dejó suelto alGigante férreo que fue derrotado por los rebeldes. Después de que Tyrande y sus centinelas abrieran una brecha en las puertas de la ciudad por la que penetrar, Nazgrim y los Kor'kron que aún quedaban, tuvieron que defender la entrada al búnker.
Su fiera lealtad a la Horda y su código de honor ligado al cumplimiento de su deber mantuvieron a Nazgrim al frente de la última línea de defensa hasta Garrosh hasta que exhaló su último aliento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario