Ventormenta es la joya de la Alianza en Azeroth. La más antigua y grandiosa ciudad humana ha aguantado tres guerras, y los saqueos de los orcos, además de las invasiones de la Alianza para recuperarla. Aunque es mayormente una ciudad humana, Ventormenta es el hogar de un considerable número de enanos y un menos considerable población élfica. El clima de Ventormenta es templado, los cielos despejados y las estaciones generalmente moderadas.
La Casa Wrynn gobierna el reino, así como el reino de Azeroth anteriormente. Actualmente, Ventormenta ha sido la cuna del nacimiento del Mandato, un movimiento de renovación eclesiástica encabezado por antiguos miembros de la Cruzada Escarlata, ahora salvadores y héroes que cuentan con un gran poder político y religioso. El color azul tradicional de la Alianza y la Casa Wrynn, ha pasado a ser un rojo oscuro en su honor.
Situación actual
Considerado corazón simbólico de la humanidad y la alianza hasta la presunta muerte de Varian Wrynn y regencia del Arzobispo Benedictis II. El fanatismo religioso y la monarquía absoluta cayeron como una losa sobre la gente del Reino de Ventormenta. El poder recayó en manos de potentados eclesiásticos de toga o armadura mientras el hambre empezaba a llamar a la puerta de incluso los mas ilustres.
No son pocas las fuerzas que se arman de valor para contrarestar estos hechos, grupos rebeldes en Tuercespina y Páramos contrarios a la regencia de la Iglesia ya se han empezado a organizar y planean enfrentar a este enemigo tan terrible... su propio reino.
Por otro lado, no son pocas las casas nobles que han tomado la decisión de ejercer su influencia sobre sus tierras y recuperar la autonomía feudal de la que gozaban sin la presencia de Varian. Alejados de su majestad, gran parte de la nobleza ha dejado el control de la ciudad a la guardia del Mandato, pero no la de sus tierras fuera de las murallas.
Los cinco pasados años han representado una época de depresión económica que se ha cobrado miles de vidas de indigentes y más de un conflicto en las diversas zonas del reino. Sin embargo, con el paso del tiempo, los otrora cruzados escarlata han aprendido a convivir con las costumbres del sur y lentamente, algunas medidas disciplinarias apuntan un aire mucho más moderado, logrando una considerable estabilidad a lo largo del reino. La pobreza sigue representando uno de los grandes problemas a tratar para el joven monarca, pero se previenen grandes cosechas y nuevos tratados comerciales y políticos.
El Mandato de la Llama Carmesí:Afincada en Ventormenta, capital del culto y hogar de sus líderes, su liderazgo recae en la Profeta Escarlata Abbendis, la cual aconseja personalmente al Arzobispo sobre que acciones debe tomar la Iglesia. El sector mas radical y fanático del Mandato se encuenta en la Abadía de Villanorte, cuartel general de la Doctrina, liderado por el Abad Melville Neals.
Gremio de ladrones: En respuesta al auge del Mandato, durante los últimos años el gremio de ladrones de Ventormenta ha crecido hasta llegar a dominar buena parte de los bajos fondos de la ciudad y extender sus redes de influencia a lo largo de las provincias del reino, si bien se dice que su presencia en páramos de poniente es mínima. La clase más baja rinde lealtad a esta organización, directa o indirectamente, y es una fuerza invisible a considerar por las autoridades, tanto escarlatas como nobles.
Sacra Inquisición Arcana: Liderada por el Sumo Inquisidor y ex Archimago Marius Kennelian, la Inquisición regula el uso de la magia en el Sacro Reino y garantiza que este cumpla con los preceptos del Mandato y la Sagrada Luz. El estudio de la magia es reducido a nivel académico, Kennelian está mas interesado en controlarla y mantenerla en cuantas menos manos sea posible. Posiblemente sea una mera argucia absolutista del propio Arzobispo para debilitar cualquier oposición.
Si bien algunos aspectos del poder del Mandato se han tornado más moderados, la Inquisición Arcana continúa en pleno apogeo y la magia arcana está más limitada que nunca en Ventormenta. Irónicamente, la inquisición está trabajando arduamente en mantener sanas relaciones diplomáticas con otras organizaciones mágicas, que no pocos ven como poco fructíferas.
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