Pese a su origen fragmentado, Rexxar es un veterano de la antigua Horda con un papel decisivo a la hora de fundar la capital orca Orgrimmar.
Uno de los mayores héroes de la Horda fue el fruto de una unión entre orco y ogro. Criado por el clan Mok'nathal en Draenor, la enorme corpulencia y fuerza de Rexxar hicieron de él alguien imprescindible cuando la Horda invadió Azeroth durante la Primera Guerra, a pesar de su herencia mestiza. Aun así, el derramamiento de sangre y las puñaladas traperas en su propia facción (así como la muerte de su lobo Haratha a manos de un brujo orco) acabaron mermando las ganas de Rexxar de luchar por la Horda, y se fue para vagar en solitario. Rexxar desapareció en Azeroth con sus nuevos compañeros, entre ellos, el oso Misha; no le quedaba duda de que podía fiarse más del mundo salvaje que del mundo "civilizado".
Durante la Tercera Guerra, mientras recorría los baldíos de Kalimdor, Rexxar se topó con Mogrin, un guerrero orco caído ante los jabaespines, y accedió llevar un mensaje al nuevo Jefe de Guerra de la Horda. Tras viajar hasta la ciudad recién construida de Orgrimmar, Rexxar conoció al joven Jefe de Guerra Thrall, quien lo convenció acerca de la actitud de la reformada Horda. Impresionado por lo que vio, Rexxar decidió luchar junto al explorador trol Rokhan y al viajero pandaren Chen Cerveza de Trueno para salvaguardar Orgrimmar de los ataques del gran almirante Daelin Valiente. Daelin hizo caso omiso de las súplicas de su hija Jaina y atacó a la Horda, creyéndolos monstruos de poca confianza. Rexxar comandó un contraataque que condujo a la muerte del gran almirante. Afianzada Orgrimmar, el recién nombrado Campeón de la Horda regresó a su tierra natal de Terrallende, lo que quedaba del mundo de Draenor. Rexxar sigue estando siempre a punto para servir a la nueva Horda –su gente de verdad– una vez más.
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